sábado, 12 de noviembre de 2011

El Padre. Serrano 45, Madrid

Un baño blanquísimo. El acceso es bueno, un poco escondido pero a nivel del restaurante. La zona lavabo es una zona común y, una vez allí, se divide en dos puertas con señalética un poco terrible en plan sexy Selene, y una vez dentro hay solamente sitio para uno. Está limpio, pero la iluminación no es demasiado agradable, da una sensación de poco limpio rara, tipo tren o avión. Bien surtido de papel higiénico: tan surtido que había unos 4 rollos desperdigados por la encimera-hornacina que hay a la altura de los hombros además de uno en el portarollos. Y lo peor para mi: la temperatura.
La temperatura de un baño merece post aparte en realidad. Bueno, me refiero al frío: el frío en un baño es una cosa tremendamente desagradable. Yo hablo siempre de los baños de mujeres, probablemente en el de hombres normalmente da igual, pero en el de mujeres NO. Porque las mujeres siempre que vamos al baño destapamos el culo partes de nuestra anatomía en las que el frío es muy molesto: tanto por su sensibilidad como por su extensión. Y no me refiero a que en mi caso sea extenso, que lo es, sino a que se te quedan los riñones al aire, y ese minutillo de sufrimiento queriendo volver a vestirte es chungo. Más aún cuando vas varias veces por sesión. ¿voy o no voy? ¿Prefiero las ganas o congelarme?


Accesible: 9
Limpio: 8 con sensación de 4
Papel: 7 por el desorden (en cantidad sería un 12 o así)
Básicos: 8
Extras: no.
Debo decir que para mi la temperatura es un básico así que le he quitado dos puntos. Y nunca considero el lavabo un extra, pero el compartirlo no me gusta nada de nada.

Por tanto le doy un 6, y un 6 para mi es un "regular". Ya sabemos que esta puntuación no es una media aritmética.

La  carta la tengo poco controlada, pero la ensalada de pimientos es buena.




lunes, 7 de noviembre de 2011

Meltin'Pot. Javier Ferrero 8, Madrid.

Un baño a juego con el restaurante. Acceso muy bueno, al mismo nivel del restaurante. Francamente limpio. Puerta corredera que ni bien ni mal. Señalética sencilla que en este tipo de baños se agradece porque hay algunas en las que te da miedo probar a ver si has acertado. Papel para secarse las manos: esto para mi es un plus, porque los secadores de manos me repatean y me seco en la ropa.
Pequeño pero no demasiado. Bonito, quizá demasiado bonito porque además de madera abusa del negro y...abusa tanto que el retrete lo es. Negro y cuadrado, y yo no soy partidaria de eso porque me da la sensación de no estar limpio. De acuerdo, ninguna taza lo está, pero esta no tiene ni la oportunidad de parecerlo.
Una sola cabina separada de la zona del lavabo por una puerta con cristal opaco de esos que mientras haces pis te da por pensar que probablemente si alguien entra te ve, como mínimo, la silueta en esa elegante postura. Pero resulta también bonito.
Un altavoz atronador hace que haya música en el baño. Música a un volumen que si se te ocurre ir con la mítica  acompañante "lastíasvaisalbañodedosendos" no te oirías. Es un poco raro oír música tan alta mientras haces pis.
Papel higiénico en portarrollos metálico gigante, pero bien surtido. Esos portarrollos son muy traicioneros porque hay veces que no hay papel, pero peores son las veces en las que ves colgar papel y cuando vas a echar mano es un minitrocito de nada que quedaba suspendido no se sabe muy bien de dónde.
La luz es un tema aparte. Indirecta, íntima...hasta que te miras al espejo y no sé qué narices hacen con ella, pero te has echado 10 años encima. Bolsas y arrugas que no había visto PORQUE NO TENGO. Vamos, que no muy favorecedora.

Pero siendo objetiva y profesional:

- Accesible: 9
- Limpio: probablemente 9 pero sensación de 7
- Papel: 9
- Básicos: 10
- Extras: Aparte de la decoración y la música atronadora, no.

Puntuación: Debido a que para mi el asunto del color y la música pesan mucho, un 8. Pero aún así, muy bien.


El menú es un follón que requiere de 3 licenciaturas para conseguir pedir, pero los Tirabeques son maravillosos.

Foto del Baño de Meltin' Pot


domingo, 6 de noviembre de 2011

Umami. Gran Vía 10, Madrid

Es mi primer baño del blog y le hice una foto, pero no tengo intención de poner foto de todos ni mucho menos. Además, iré puliendo una Crítica-plantilla para puntuarlos lo cual puede llevar a cambios en las entradas.

Es fácil de encontrar y está a nivel del restaurante, hay que subir una escalerita muy corta. Es mono, lo cual se agradece. Amplio, que también. Limpio, y eso que mi segunda visita fue a las 2:30 de la madrugada, y con papel higiénico, que he de decir que no estaba colgado en el rollo, lo cual a mi no termina de molestarme. Es de los que tienen un frusfrús cerca del techo que suelta olorcillo mediante temporizador, eso no me encanta, pero en este caso si me gustó porque: 1) Estaba fuera, donde el lavabo, lo que evita  el perfume te duche y 2) El olor no era nada molesto, al revés.

Los básicos por tanto, puntuados de 1 a 10 serían:

Accesible: 8
Limpio: 8
Papel: 8
Básicos: 10
Extras: no

Puntuación: Digamos un ocho y medio. Estupendo.

La comida es buena y el sorbete de mojito es único y espectacular, por cierto.


Foto del baño de Umami

viernes, 4 de noviembre de 2011

El baño siempre me ha parecido uno de los sitios más importantes de una casa, un  bar o un restaurante, un local o mi oficina. Probablemente es porque mi ratio diario de visitas es más que preocupante: sí, tengo unos riñones superdotados, una vejiga portentosa, soy la reina de los baños.
Yo voy al baño en el avión en un puente aéreo. Voy por supuesto en el tren y cuando me voy de excursión o a un concierto o unas carreras o algo especial, desde días antes estoy ya planificando no beber desde que me levanto, y aún así la fastidio siempre.
Digamos que durante una comida media de 2 horas en un restaurante voy al baño dos veces si la cosa no se pone mal, que han llegado a ser cuatro o incluso más en ese tiempo. Puede parecer exagerado, pero es que por algún extraño motivo la comida parece aumentar mi superpoder. La comida y las ingentes cantidades de agua y Coca-Cola light que puedo llegar a consumir.
Mi superpoder llega a conseguir que en un porcentaje nada despreciable de las veces que voy al baño, pueda volver a hacerlo a los dos minutos. Siii, no son las cataratas del Niágara, pero puedo. Hace muchos años pasé una semana pateando París y había que pagar en los baños, así que me quedaba 3 minutillos después dentro y volvía a hacer...por poner un ejemplo gráfico.

Últimamente me han presionado para que haga lo que mejor se hacer en el mundo: calificar baños. Así que es lo que haré desde aquí, principalmente restaurantes y en Madrid, que es por donde hago pis me muevo más frecuentemente.

Se que será el blog más útil y exitoso de España, que se llenará de publicidad de Tena Lady e Indasec, que se desarrollarán aplicaciones para dispositivos móviles a precios de escándalo, merchandising y nuevas líneas de negocio aún no conocidas. Y todo eso no me asusta: me enriqueceré y  lo manejaré con soltura cuando llegue.

Porque un gran poder conlleva una gran responsabilidad.